Primera etapa de nuestro viaje de 7 días en Islandia. Aterrizamos en el aeropuerto internacional de Keflavik sobre las 10:00 de la mañana. LLueve y el cielo está bastante feo pero eso ciertamente importa muy poco ya que estamos pletóricos. Lo primero que hacemos es ir al cajero a cambiar euros por coronas (ISK) y así hacemos tiempo hasta que vengan a buscarnos los de LavaCar (empresa donde hemos alquilado nuestro Dacia Duster 4x4). Nos recogen al poco tiempo y nos llevan hasta su base que se encuentra muy cercana al aeropuerto. Una vez montados y bien pertrechados en el 4x4 decidimos ir a la gasolinera y después al supermercado (Bonus) para hacer nuestras primeras compras.

Después de cerca de 45' tras salir de Keflavik llegamos a nuestra primera parada — El parque nacional de Thingvellir. Aquí encontraremos las zonas de falla de la dorsal mesoatlántica, el primer parlamento Islandés, la cascada Öxarárfoss o el lago Þingvallavatn. Durante el trayecto hasta el parque nacional ya vas a comenzar a fijarte en la tónica del paisaje del sur de Islandia, grandes extensiones de campos de lava alternando con pequeños conos volcánicos con unas tonalidades negro verdosas dignas de ver. Una vez en el parque nacional es muy recomendable que déis un paseo a través de la falla ya que es muy significativo sobre dónde estáis (la separación de 2 placas tectónicas: la placa Norteaméricana y la placa Euroasiatica, y sí, cada año se va separando muy poquito, unos pocos cms).

Ya son cerca de las 14:30 de la tarde, es hora de hacer una parada técnica, hacernos unos bocadillos y seguir con nuestro camino hacia Brúarárfoss. El tiempo de tránsito entre Thingvellir a Brúarárfoss es de unos 50'. Las distancias en kms no son muy grandes pero la inexistencia de autovías imposibilita llegar rápido a los sitios. Además aconsejamos seguir a rajatabla las señales de límites de velocidad ya que hay bastantes radares. Una vez hemos llegado a la zona de estacionamiento (margen de la carretera), debemos andar cerca de 2 kms hasta llegar a la cascada. Nosotros cariñosamente le llamamos la cascada de "Mimosín" por esa azul suavizante que tiene. Es sin duda un espectáculo digno de ver.

La siguiente parada es la zona de los géiseres (Geysir). El tránsito es de tan solo 15' ya que está muy cerquita de Brúarárfoss. Esta zona geotermal tiene varios géiseres entre ellos el géiser Strokkur que llega a alcanzar los 40 metros de alto. Cada pocos minutos hace acto de presencia así que merece la pena tener un poco de paciencia y esperar a que entre en escena.

Por último y a tan solo 10' de la zona de los géiseres se encuentra una de las cataratas más caudalosas y grandes de toda Islandia (Gullfoss). Situada en el amplio cauce del río Hvítá, que fluye hacia el sur y a un kilómetro de la cascada gira bruscamente hacia el este cayendo en tres escalones curvados. En ese momento se cae en dos saltos (de 11 y de 21 metros) en una grieta de 32 metros de profundidad, que mide unos 20 metros de ancho y 2,5 kilómetros de largo. El caudal medio en esta catarata es de 140 metros cúbicos por segundo en verano y 80 en invierno. El máximo flujo de agua medido es de 2.000 metros cúbicos.

Nos dan las 18:00 horas y creemos que es hora de ir para Hella que es donde tenemos contratado el alojamiento. Es casi 1h 15' de trayecto desde Gullfoss y hemos cumplido el planning marcado (Círculo dorado) para nuestro primer día. Hay que reponer fuerzas y pensar en el día de mañana.